Ya han pasado varios meses desde la última entrada.
La niña ya tiene 18 meses y, la verdad, es un placer verla comer.
Una dieta variada, como la nuestra, y capaz de adaptarse a todos los sabores: desde la comida oriental a la mexicana.
Hay días que come mucho y otros en los que come muy poco. Nosotros no nos agobiamos y la dejamos "a su aire", sin ofrecerle platos alternativos.
Mirando hacia atrás no cambiaría prácticamente nada, sólo quizás algo en la elección de los primeros alimentos.
Al principio, guiándome también en la biblografía, le ofrecí manzana cruda; en mi experiencia éste es un alimento con el que es más fácil atragantarse. A la niña le ha pasado varias veces aunque los episodios se han resuelto siempre con un poco de tos.
La manzana es un alimento muy duro, que por cuanto se mantenga en la boca es imposible de ablandar sin dientes. Se puede romper un trocito y causar atragantamiento.
Hemos vuelto a darle manzana ahora que tiene muchos dientes y siempre procuro ofrecérsela manteniéndola sentada en la trona, para evitar que esté correteando por ahí.
Lo mismo vale para la zanahoria cruda.
Bueno, os dejo, hasta la próxima.