El fin de semana hemos estado en la montaña con los abuelos.
Es una gozada verlos disfrutar con las hazañas de la niña y la comida después de las obvias reticencias frente a la novedad del BLW.
La abuela nos ha preparado una reserva de croquetas bajas en sal para la nieta y el abuelo ha sido el chef del fin de semana: paella de carne, costillas de cordero y entrecote han sido los menús... ¡para chuparse los dedos niños y mayores!
El BLW se aleja completamente de la tradición, seguramente los abuelos se imaginaban una nieta comiendo puré en cuchara, pero, aunque probablemente ellos no utilizarían este método, han terminado aceptando y aportando manjares e ideas prácticas que nos han salido muy útiles como el plato con velcro.
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