Autora:Carolina Felici

viernes, 31 de octubre de 2014

Llegando al año

Casi llegamos al primer año de la peque, y, mirando atrás, creo que el baby led weaning ha sido la mejor elección. 
Debo de decir también que ha sido un "estudio de caso único" o sea que sencillamente he intentado contaros nuestra experiencia para que aquellos de vosotros que se habían planteado este método sintieran que no eran los únicos "bichos raros", que "hasta una pediatra lo ha hecho".
Sí, es verdad que nuestra niña nos ha puesto las cosas fáciles: es muy buena comedora, no puedo decir si por su naturaleza o si el baby led weaning tenga algo que ver con eso.
Si tendremos otro niño, seguramente repetiremos lo mismo con la alimentación complementaria y así tendremos alguna información más.

Paulatinamente la comida sólida se ha hecho preponderante en la dieta de la niña, tanto que el pecho se ha reducido a algo anecdótico, reservado sobre todo a las mañanas. Además, desgraciadamente tiene la costumbre de morderme y no me resulta nada agradable dar el pecho con tensión.
A partir del año podrá tomar leche de vaca.

Los cubiertos son todavía una asignatura pendiente pero no tenemos prisa, ¡todavía no he conocido a nadie que no haya aprendido a usarlos!

Esperando para contaros cuando alcanzaremos este reto escribiré también sobre otros temas relacionados con la puericultura, siempre con la intención de haceros participes de nuestra experiencia. 

Buen fin de semana a todos.

miércoles, 22 de octubre de 2014

¡Ya voy teniendo mis gustos!


Nos estamos acercando al año. Nuestra niña hasta ahora ha sido una comedora excepcional pero, de unas dos semanas a esta parte, come de forma más irregular: hay día que prueba pocos bocados y otros que vuelve a su apetito habitual. 

En buena parte la razón está en el hecho que su ritmo de crecimiento ya no es el de antes: en el primer año de vida crecen muchísimo, hasta la adolescencia no volveremos a experimentar cambios tan grandes en nuestros hijos. Ahora que esta "tormenta" para un poco es normal que el hambre de nuestros pequeños disminuya algo. El mensaje es no preocuparse, sólo disfrutar viéndolos crecer felices.

Otro novedad es que voy notando que hay alimentos que no le gustan: el pescado, por ejemplo, no es su pasión: el otro día, puesta frente a una merluza a la romana, empezó a llorar y no quiso comer nada. Ni falta hace decir que no hubo ninguna tragedia, la merluza se retiró y comió algo de lo que estaba en la mesa. A la noche intenté ofrecérsela nuevamente pero se repitió la escena. No se si será definitivo o volverá a comer merluza: muchos niños tienen periodos que no comen algo y luego cambian.

También me ha sorprendido mi reacción frente a la actitud de la niña: en lugar de agobiarme porque "tiene que comer pescado" me he sentido orgullosa de ella, porque tan pequeña expresa sus gustos y a través de esos se va definiendo como individuo... otra manera de ver las cosas, ¿verdad?

martes, 14 de octubre de 2014

Velcro: atración fatal

¿Os acordáis del invento del plato pegado al mantel con el velcro para que la niña no lo tirara?
Bueno, ya no nos sirve: nuestra pequeña ha aprendido a despegarlo y además le encanta el ruido que hace. ¿El resultado? Las comidas se habían convertido en una lucha entre los intentos de la niña de desmontar la mesa y nuestros esfuerzos para contenerla. 
Hace unos días que hemos decidido utilizar el mismo plato de loza en el que comemos nosotros y, la verdad, no nos va mal: pesa bastante más de uno de plástico, por lo que tenemos tiempo de reaccionar, y además para la niña ya no es tan divertido como antes... ¡vuelve a reinar la paz!

martes, 7 de octubre de 2014

A veces ¡yo también me atraganto!

Hace unos días, comiendo pizza casera con taquitos de jamón, la niña empezó a toser y no quería comer más: se llevaba la comida a la boca pero en seguida lloraba.
EN NINGÚN MOMENTO TUVO PROBLEMAS PARA RESPIRAR, o sea, que la comida no se había ido a las vías respiratorias, sólo se le había quedado un taquito probablemente en la parte posterior de la boca.
Tras toser unas cuantas veces terminó vomitando y luego siguió comiendo como si nada.
Nosotros nos quedamos tranquilos en todo momento porque la niña respiraba normalmente, sólo tenía algo que le molestaba y que terminó expulsando por si sola.

¿Qué hemos aprendido? Que quizás sea conveniente evitar comidas duras y de pequeño tamaño como los taquitos de jamón aunque tengan formas irregulares y sea difícil que vayan a vías respiratorias.