Ayer estuvimos el día fuera. Dado que la niña todavía es bastante inmadura, decidimos no darle nada para que ella misma no tirara la comida al suelo o se ensuciara demasiado. La he mantenido con pecho y ha estado muy a gusto. A veces cuesta cambiar el chip pero, si vemos la introducción de los alimentos como un juego, no nos preocupa que un día no coma nada sólido. Muchas veces seguro que será ella la que rechace los alimentos; ya comerá en otro momento: ella marca su ritmo. Además, NO HAY PRISA NINGUNA, no tengo que ir por ahí con "el tarro de la fruta de las cinco de la tarde". Y esto para mí, hace aún más amena la maternidad; me siento más libre, al vivir se una forma más sencilla.
Buen fin de semana y hasta el lunes.
sábado, 26 de abril de 2014
La comodidad también es importante
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