La niña desde hace poco más de un mes "hace sus noches" lo que significa que duerme del tirón desde las diez y media aproximadamente hasta las siete u ocho.
A veces sobre las cinco se despierta y con ponerle el chupete es suficiente.
Cuando empezamos a "educarla al sueño" se despertaba más o menos cada tres horas, tomaba el pecho y volvía a dormirse sin problema. Aún así estábamos muy cansados por el día, sobre todo mi marido que tiene un trabajo de mucha responsabilidad y no puede permitirse no estar al cien por cien.
Todo empezó con la lectura de un libro algo fuera de la órbita de la "crianza por apego" que se llama Como ser una mamá cruasán; está escrito por Pamela Druckerman, una periodista estadounidense que, tras ser madre y mudarse a Francia, empieza a indagar sobre la manera de crianza de los padres franceses.
El sueño es una de las diferencias más importantes entre las vivencias de sus amigas estadounidenses y las "mamás cruasán" parisinas: por lo visto los niños franceses pasado el primer mes de vida "hacen sus noches".
El secreto está en LA PAUSA, en observar al niño cuando llora y no sacarlo sistemáticamente de la cuna. El ciclo de sueño del lactante es de dos horas. Pasadas estas el bebé se despierta, no es capaz de encadenar un ciclo con otro por sí solo. Si en este momento nosotros lo sacamos para darle el pecho, le estamos "enseñando" que cada dos horas tiene que comer.
Interesante, ¿no?
Por esto lo que se propone es no sacarlo de la cuna, ponerle el chupe y acompañarlo en todo momento, o sea: no dejarlo llorar solo. Esto hasta que no aprenda a encadenar los ciclos de sueño.
Lo ideal sería hacerlo antes de los cuatro meses, según dice en el libro.
Nosotros lo hemos hecho a los cinco meses pasados: hemos elegido un fin de semana para que si la noche era mala pudiésemos dormir a pierna suelta al día siguiente. En cuanto la niña ha empezado a llorar ha ido el padre y se ha quedado con ella hasta que no se ha vuelto a dormir: aproximádamente 45 minutos de los cuales los primeros 10 de llanto inconsolable.
La madre en la cama sudando frío.
La primera noche ha sido dura pero ya a la siguiente con ponerle una vez el chupe volvió a dormirse sin protestar.
La primera regla es creérselo y pensar que los bebé en el fondo son seres inteligentes capaces de entender aunque no sepan expresarse con el lenguaje.
Nosotros hemos pensado que "el poli malo" fuera el padre: por un lado yo "soy más blanda" y también la niña me tiene asociada al pecho por obvias razones.
Cada familia tiene que encontrar su manera y su ajuste.
Me despido para el fin de semana con esto:
en el libro la autora al final recurre al "conductismo duro" para que su niña aprenda a dormir; la primera noche ella llora escuchando a su hija llorar desconsolada y el marido le dice que "la niña llora porque cree que la necesitamos"... ¿curioso enfoque, no?
Buen finde, ya me contáis si alguien se anima.
PD he escuchado muchas veces que una de las reglas para mantener la lactancia es dar el pecho por la noche. Yo no lo estoy dando y sigo alimentando a mi niña por el día. Creo que la lactancia es algo muy resistente sino, y lo digo otra vez, nos hubiésemos extinguido
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