Hace ya unos meses que la niña y yo vamos a clase de "Yoga con bebé": las madres nos movemos un poco en la medida que los niños nos dejen. Es una manera de estar juntas y charlar compartiendo aquellos aspectos de la maternidad que nos preocupan o apasionan más.
Hoy ha habido charla espontánea sobre alimentación.
Un niño más ha llegado al momento de la introducción de la alimentación complementaria y la madre nos ha comentado que el pediatra le recomienda empezar con frutas por a tarde y quitarle esa toma de pecho...
Esta vez he decidido quedarme callada, la conversación ha sido muy interesante.
Está la madre de una niña de un año que desde el principio se ha alimentado con BLW y otra, cuya niña tiene 9 meses, que empezó con papillas. Cuando intentaba darle sólidos se atragantaba con consecuente agobio de la familia. Desde unas semanas a esta parte su hija ha empezado a comer sólidos sin problemas.
Su impresión es que la niña no estaba lista todavía para comer y, ahora que lo está, es una gozada verla comer. Se plantea que sin las papillas a la niña no le hubiese faltado nada y que los padres se hubiesen ahorrado el disgusto de sentirse que la estaban forzando a comer. Creo que esto se comenta por sí solo.
Muchas veces pienso que si dar de comer a un bebé fuera tan difícil como para requerir tantos "estudios basados en la evidencia científica" nos hubiésemos extinguido hace tiempo.
De paso, ya hemos llegado a los 7 meses... mañana post resumen BLW
No hay comentarios:
Publicar un comentario