Autora:Carolina Felici

lunes, 12 de mayo de 2014

¡Al restaurante!

El sábado ha sido la primera vez que se ha sentado en la trona de un restaurante. Se ha portado genial. Habíamos traído un plátano y se lo ha comido prácticamente entero;dado que estábamos fuera la hemos ayudado un poco más de lo habitual, sobre todo evitando que se le cayesen trozos al suelo. Cuando de la fruta no quedaba casi nada le hemos dado un trozo de pan y, ¡agarraos!, un poco de codillo al horno para chupetear.
Me ha sorprendido gratamente que fuera capaz de estar en la mesa comiendo mientras nosotros también disfrutábamos del almuerzo. 
Había un niño a lado nuestro,  mayor que la niña. Lo he visto con una patata frita y luego con una galleta en la mano. Probablemente antes en lugar que compartir la comida de sus padres había comido puré traído de casa en el tupper: ¿qué aburrido, no?
Me he preguntado si el hecho de que en forma de "comida divertida" se nos ofrezcan a menudo alimentos poco saludables como patatas fritas o dulces influya en que de mayores sigamos prefiriéndolos; ¿conocéis algún niño al que no le gusten patatas fritas? ¿Y alguna madre que las cocine en puré?
No digo que a mi hija no le vayan a gustar, sólo que divertirse comiendo manzana posiblemente tenga muchas más finalidades de lo que pensamos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario