Además de los cubiertos, hay más aspectos que me preocupan y por esto esto estamos intentando establecer unas rutinas: primero le lavamos las manos en un cuenco en cuanto está sentada en la trona y la sentamos cuando todavía la mesa no está puesta. Con esto pretendemos que poco a poco vaya aprendiendo que la comida no llega en seguida una vez sentados a la mesa, y que muchas veces hay que tener paciencia; la esperanza es poder evitar penosas escenas en los restaurantes o en casas de amigos cuando sea mayor. También creo que dar un buen ejemplo es fundamental, por lo que nosotros por nuestra cuenta comemos todo con cubiertos, para no confundirla con los alimentos que se pueden comer con las manos y los que no.
Quizás sea muy pronto para pensar en todo esto, pero me gusta pensar e intentar encontrar por ensayo error el camino correcto para educar a nuestra hija.
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