Autora:Carolina Felici

viernes, 9 de mayo de 2014

Visitas y BLW

Han venido los abuelos que viven lejos y no sabían nada de las peripecias de la niña con la comida. 
No le habíamos dicho nada hasta que la hemos sentado naturalmente en la mesa con nosotros y le hemos ofrecido lo que estábamos comiendo. Ha sido de lo más natural y entretenido: los abuelos encantados viendo a la nieta lidiar con los trocitos que tenía en frente y, los primeros temores de posibles atragantamientos, se han disipado en seguida cuando han visto que la niña más que atragantarse escupe. 
Hoy ha ganado la batalla y ha conseguido comer más o menos medio kiwi. Luego la he puesto en mi regazo mientras que yo comía cerezas; me miraba y me echaba la mano, así que le he metido media en la boca. Le ha gustado y ha repetido dos veces más. La cereza tiene forma y tamaño complicado para ella y por eso se la puesto yo en la boca. 

PD: este era el post de ayer que por motivos técnicos se quedó como borrador sin publicar. Mis disculpas a quien entró buscando un poco de nuestras experiencias y no lo pudo encontrar.

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