Hay días difíciles en esto del baby led weaning, días en los que, por la razón que sea, me planteo si lo estamos haciendo bien. A veces la niña da pasos atrás y vuelve a frustrarse y llorar cuando no consigue coordinar sus movimientos, otras estoy yo sencillamente más cansada y cada lloriqueo o cada trocito al suelo me pesa mucho más.
Tengo que hacer esfuerzos para mantenerme firme; afortunadamente mi marido me ayuda y apoya defendiendo, él, mis ideas cuando a mi me tambalean. Luego está la niña que al poco rato se distrae y nos regala una sonrisa. Y por último están mis convicciones, algo que tengo dentro y que se rebela a coger la cuchara y meterle la comida en la boca. Así, día tras día, descubrimos nuevos alimentos: hoy han tocado los brócoles que por su forma son muy fáciles de coger y la niña se lo ha pasado bomba con ellos. Ha seguido con trocitos de plátano que le encanta.
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