Esta semana nos hemos propuesto introducir el huevo.
El domingo para cenar cociné un huevo duro y se lo ofrecí cortado en bastoncillos.
Le gustó mucho, como todo lo que le hemos ofrecido hasta ahora.
Luego se acostó y al despertar al día siguiente le noté tórax y espalda llenos de ronchas rojas. La niña por lo demás estaba estupenda, por lo que no hice nada, solamente esperar.
Las reacciones alérgicas de este tipo normalmente se presentan entre media y una hora del contacto con la sustancia, pero la niña estaba en pijama y no pudimos ver cuándo aparecieron las manchas.
El huevo es un alimento muy alergénico y nos planteamos la posibilidad que hubiese podido ser la causa del problema cutáneo. Hubiera sido raro porque era la primera vez que la niña entraba en contacto con este alimento, excepto cuando la he acariciado o besado mientras cocinaba una tortilla de patatas.
Además el sábado habíamos estado con un muchos niños pequeños y la urticaria también puede ser causada por agentes virales pegados por estos.
La única forma para salir de dudas, era ofrecerle el huevo otra vez. Primero hemos esperado que las manchas se le fueran por completo y hoy se lo hemos dado, esta vez en pañal y al medio día para vigilar que no apareciese ninguna lesión. Y,efectivamente, así ha sido: su piel se ha quedado ¡blanquita como siempre!
Es interesante que en algunos libros se plantee que son los niños quienes rechazan los alimentos a los que son alérgicos. Nuestra niña se ha comido el huevo con el mismo entusiasmo que la primera vez y efectivamente no ha habido reacción ninguna.
Yo no tengo la suficiente experiencia para decir que esto sea verdad y desde luego, ante la duda no haría la prueba.
Pero, si es verdad, el BLW brinda otra ventaja: al darle alimentos enteros y poco mezclados, la niña puede reconocer fácilmente el alimento y no comerlo.
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